lunes, 19 de julio de 2010

Fred Vargas: Huye rápido, vete lejos



Lectura de momentos de ocio, que - de un tirón - no se suelta hasta que termina la novela. Divertida, con final inesperado, con ese ambiente tan propio de toda novela policial de corte tradicional.

Me generó el libro algo extraño: que si bien los objetos, las referencias son claramente contemporáneas, la trama y la gente (sobre todo su forma de ser) todo el tiempo me dieron la sensación de estar en el siglo XIX. Creo que, sobre todo, provoca eso la actividad de “pregonero” de Joss Le Guern (“Los Le Guern quizá seamos brutos, pero no somos bandidos”...) Igual, eso también me gustó.

Son dos historias que comienzan en mundos totalmente separados, que luego se cruzan y corren a la vez, con dinamismo.

Un párrafo que merece destacarse, está bueno: “El que dice superstición dice credulidad – continuó Decambrais, lanzado -. El que dice credulidad dice manipulación, y el que dice manipulación dice desastre. Ésa es la plaga que azota a la humanidad, ha producido más muertos que todas las pestes juntas.”

Me gustó. Es un estilo que me gusta. Difícil dejar de lado al comisario Maigret conociendo al comisario Adamsberg...

VARGAS, Fred, "Huye rápido, vete lejos"
tr. de Blanca Riestra
Madrid: Punto de Lectura, 2005

Comentario de la obra:
http://comunidad.terra.es/blogs/decineylibros/archive/2009/01/20/libroshuyerpidovetelejosdefredvargas.aspx

domingo, 18 de julio de 2010

Soca, tarde de invierno en su plaza.



Un día hábil de invierno, a las 3 y media de la tarde, en la plaza principal de Soca. Típica plaza de una ciudad tranquila del interior de Canelones. Frente a ella está la Iglesia, la Comisaría, la policlínica de salud pública, el liceo, otro centro de enseñanza... todo lo que debe dar a una plaza. Y el Club Social de Soca, un edificio bien lindo.

¡Maravillosa tranquilidad!

Dorothy Parker: Una dama neoyorkina



Son dieciséis relatos breves, de algunas páginas, cada uno de lo cuales hace hincapié en una mujer, tiene lugar en o directamente relacionado con New York y muestra con detalle los personajes. Tienen ese estilo norteamericano tan propio de los relatos de mediados del siglo XX, década más década menos.

Con profunda visión de la autora, la protagonista femenina piensa constantemente, habla consigo misma y con los demás sin cesar, en la misma manera íntima según la cual piensa... Se trata de mujeres caprichosas, coquetas, incansables, pensantes, reflexivas, fuertes.

Muy interesantes, algunas de estas mujeres son más comprensibles, entendibles, que otras. Algunas preferibles que otras. Incluso quisiera ser alguna de ellas... Uno no duda que todas son reales, de la más posible realidad.

Dice que la propia autora, a quien no conocía, era ella misma típicamente neoyorkina pero de las mordaces, inteligentes, profundas, críticas. Sería imposible explicar cómo alguien diverso podía ser autor de tales relatos, una crítica interesante a la burguesía norteamericana de su época.

Me gustaron. No volvería a ninguno de los relatos, pero es una linda, amena, divertida, experiencia leerlos. Me gustaron incluso varias de las características que la autora destaca con afán crítico en más de un personajes... No eran tan “malas” estas mujeres...

Parker, Dorothy, "Una dama neoyorquina"
tr. Celia Filipetto
Madrid: Suma de Letras, 2005.