domingo, 11 de julio de 2010

Minas, el centro de su plaza



Hermosa ciudad, Minas, enmarcada en los cerros tiene una belleza única entre las capitales uruguayas. Y hablar de las maravillosas vistas, verdaderas "postales", que de la ciudad se tiene desde los cerros.

En este videíto estamos en el centro mismo de la plaza de Minas, unos segundos, en una mañana tranquila de invierno, casi al mediodía.

Günter Grass: El rodaballo



Una experiencia sumamente interesante, la lectura de este libro de Grass. Tiene fortaleza, una imaginación sólida, clarísimamente dirigida a un efecto especial en el lector. Un libro satírico, barroco, que provoca imágenes densas, sumamente elaboradas, desde una creatividad poderosa. El insólito pez parlamente y la comida, la mesa, presente en cada una de las etapas que muestra el autor.

Con momentos de gran feminismo el rodaballo, aunque lo muestre por interés... Como en la pág. 57: “”En suma”, dijo el rodaballo para terminar, “ustedes señoras, me ponen otra vez en libertad; y yo las asesoraré en todas las situaciones de la vida, aunque también en las cuestiones de principio. Aquí, en este día, hay que fijar el comienzo de una nueva era. Mi idea es que el poder cambie de seco. Ha llegado la hora de la mujer. Sólo así podemos dar al mundo, a nuestro pobre mundo – porque ha perdido toda esperanza – a ese juguete de una virilidad hoy desfallecida, un sentido nuevo..., digámoslo con franqueza, un sentido femenino. No todo se ha perdido”.”

Han comentado maravillas de este libro, como que “Simplemente “El rodaballo” hubiera bastado para asegurar a Grass un primer puesto en la literatura alemana contemporánea. Y es que, aunque sea inevitable que la sombra -chaparra y gigante a un tiempo- de “El tambor de hojalata” le acompañe siempre, “El rodaballo” es, sin lugar a dudas, el más grassiano de los libros de Grass.” (http://www.alfaguara.com/es/libro/el-rodaballo/ )

Interesante el origen motivador del libro, tal como explica su autor: “En “Conversaciones con Günter Grass”, de Nicole Casanova, Grass cuenta el origen de “El rodaballo”: "Empecé el libro inmediatamente después de las elecciones de 1972, ganadas por los socialdemócratas con un resultado excesivamente bueno, lo que les hizo negligentes, cansados, perezosos e incapaces de defenderse contra la débil oposición. Entonces noté que tenía que hacer alguna cosa que no tuviera tanto que ver con la sociedad como conmigo, con lo que yo puedo hacer, con lo que sólo yo puedo hacer".”... “Ese efecto liberador es una de las claves para entender la fascinación que “El rodaballo”, a lo largo de casi 600 páginas, despierta en el lector. La comida (también presente en alucinantes escenas de “El tambor de hojalata”) es uno de los temas centrales de “El rodaballo”.”...” (http://pabloinsua.tripod.com/guntergrass.htm)

Me gustó, mucho, como experiencia en ese carácter de libros, refleja una especialísima personalidad en el autor. No obstante, no es el estilo de literatura que se me ocurriría elegir repetidamente para la lectura.


Günter Grass, “El rodaballo”, Madrid: Santillana, 2005, págs. 753.